El divorcio colaborativo es una opción muy popular para las parejas que se están separando pero que quieren evitar una batalla contenciosa y cruel en la corte. Cuando se puede, negociar un acuerdo en vez de litigar un divorcio puede ahorrar a la pareja muchísimo dinero y estrés, y muy seguido conduce a un resultado más favorable para las dos partes.
Una de las decisiones más importantes para una pareja que quiere un divorcio colaborativo es si contratar a un mediador profesional para mediar las negociaciones, o si tratar de hacerlo solos. Hay varias razones por qué contratar a un mediador experimentado vale cada centavo para los que lo deciden hacer.
¿Cuál es la función específica de un mediador?
Un mediador tiene entrenamiento específico en asistir a dos partes con intereses opuestos o mutuamente excluyentes a llegar a una resolución que beneficia a ambas partes (enlace en inglés).
Un mediador experimentado tiene la capacidad de reconocer y usar valor que no es obvio – como cuando ayudan a una parte a reconocer dónde pueden ceder algo que no es tan importante para obtener otra cosa que vale más para esa parte.
¿Puedo contratar también a otro abogado que me represente?
Por su naturaleza, un mediador tiene que ser neutro e imparcial (enlace en inglés). Esto significa que no representará ni las intereses de usted ni de su cónyuge. Su meta será de ayudarles a llegar a un acuerdo justo sin beneficiar a uno en detrimento del otro.
Si usted no se siente cómodo con confiar solamente en su capacidad de negociar por usted mismo, tiene otra opción. Si usted y su cónyuge desean, pueden contratar a un mediador y también cada uno puede contratar a su abogado respectivo. Estos abogados podrán luchar por los intereses individuales de sus clientes dentro de la mediación.
La asistencia de un mediador experimentado puede hacer la diferencia entre un divorcio donde una parte sufre una grande injusticia, y un divorcio donde las dos partes pueden empezar el nuevo capítulo de sus vidas en la mejor posición posible.